Constituyen acoso “Aquellas conductas abusivas y con violencia psicológica a las que se somete de forma sistemática a una persona en el ámbito laboral manifestadas especialmente a través de reiterados comportamientos, palabras o actitudes que lesionen la dignidad o integridad psíquica del trabajador y que pongan en peligro o degraden sus condiciones de trabajo”
Se produce mediante ataques personales a la víctima o atacándola con medidas organizativas y administrativas, con ridiculizaciones, burlas, con comentarios denigrantes, con críticas permanentes a su trabajo y a su persona, relegándola a lugares de trabajo denigrantes, sobrecargándola de trabajo, con medidas económicas, restringiéndole la posibilidad de comunicarse con los compañeros y un largo etcétera.
Estas actuaciones hostiles se realizan de forma muy sutil y tomadas de forma aislada pueden parecer anodinas pero su repetición constante tiene efectos muy perniciosos para el acosado ya que desencadena un proceso de destrucción que a la víctima le cuesta reconocer, en el que queda sumida en la confusión y que culmina en un deterioro profesional y psicológico, enfermándose física (úlceras de duodeno, crisis cardiacas etc.) y psicológicamente (insomnio, depresión, alcoholismo etc.), y aislándose social y laboralmente y que en algunos casos puede llevar al suicidio.
Cuando eres víctima de acoso tus derechos laborales y tu estabilidad emocional están en juego.
¿QUÉ PUEDES HACER?
Huir: Buscarte otro trabajo, pedir traslado, etc... Y salir del clima de terror.
Esta opción, si no conlleva costes personales y si se toma al inicio del acoso, cuando la salud psicológica y física aun no se ha perjudicado puede ahorrar mucho sufrimiento. Pero lo más habitual es que no podamos elegir esta opción porque en la mayoría de los casos el trabajo representa nuestra forma de subsistencia y las peticiones de traslados no siempre son asequibles
Someterte.
Es la peor de las opciones, en palabras de M.F. Irigoyen “si la victima acepta la sumisión, la relación se instala en esa modalidad de forma definitiva: la víctima se encuentra cada vez mas apagada o deprimida y el agresor es cada vez más dominante y se siente cada vez más seguro de su poder”.
Resistir.
Las víctimas de acoso laboral que no puede o no quieres abandonar el puesto de trabajo deben prepárate para una lucha larga y dura. Desde el momento en que se den cuenta que son objeto de acoso tienen que acostumbrarse a llevar un registro escrito de todo lo que le hagan o digan, con fechas, lugares, testigos, y a ser posible con citas textuales. La memoria es débil y tiene tendencia a olvidar lo desagradable, lo injusto, lo humillante. Y no olvidar que el mejor testigo es una grabación
Recomendaciones
Estas recomendaciones han sido elaboradas a partir de las distintas experiencias de varias personas que hemos pasado por una situación de acoso. Esperamos que os sirvan de ayuda a quienes en la actualidad lo estéis sufriendo.
Es muy difícil contar la historia de lo que te ha pasado o de lo que esta pasándote. Al principio es la confusión ¿he oído bien?, ¿he interpretado bien la situación?, ¿estaré viendo fantasmas?, ¿qué me está pasando? Luego, cada vez que se cuenta o se recuerda se revive la emoción y el dolor. No se puede dejar de llorar. La memoria del miedo, de las humillaciones, de la rabia… ha quedado grabada y esto impide hacer un relato coherente. Al dolor interno se une la incomprensión del mundo externo.
Por lo tanto hay que intentar describir el relato de los hechos de la forma más detallada posible y por escrito. No confiéis en la memoria.
Es importante llevar una especie de “diario del acoso” o autorregistro en el que quede claramente reflejado:
Momento en el que suceden los hechos (fecha y hora)
Lugar (despacho propio, sala de reuniones, en la calle, etc...)
Hechos en concreto.
Testigos.
Como te sentiste, como reaccionaste.
Resumiendo: Quien me hace o dice que en qué momento y lugar y delante de quienes, como me afecta y cómo reacciono yo.
Una grabadora o una pequeña videocámara son el mejor testigo. Puedes grabar cualquier conversación en la que intervengas tú con otra o varias personas más. No puedes grabar conversaciones de terceros en las que tú no participes.
Si la conducta de hostigamiento se produce durante reuniones o actividades de las que se toman actas, es útil que quede constancia de dicha conducta en el acta, no te cortes y pide “que conste en acta que X se ha dirigido a mí insultándome, gritándome, en términos ultrajantes, etc…”.
Te será de gran utilidad que puedas acreditar "salud mental" antes del acoso. Conserva tus registros de actividad laboral, asistencia a cursos, memorias de actividades...
Igualmente útil es ir dejando constancia de como tu salud se deteriora. Ante cada crisis de ansiedad que sufras ve a urgencias, a ser posible acompañado/a por algún familiar o amigo y PIDE Y CONSERVA EL INFORME.
Es conveniente, recopilar con discreción y sin notoriedad, todos los documentos que puedan demostrar el hostigamiento laboral que sufres (comunicaciones, ceses, encargo de tareas, órdenes, cambios de puesto de trabajo, actas retirada de despachos, de teléfonos, grabaciones, partes de baja. informes y resultados de pruebas médicas, etc.).
Todos los documentos que realices por escrito y con registro de entrada. Exige que te contesten por escrito. Aunque te tachen de problemático, es mejor así, te servirá si más tarde tienes que denunciar y si lo haces bien, hasta te respetaran más.
No reacciones jamás ante un insulto o cuando te provoquen. Intenta mantener la calma. Son ellos los que han de quedar en evidencia, tú, en tú sitio ¿No es fácil verdad? Las reuniones por sorpresa, las trampas encubiertas… ¿Qué puedes hacer sino mostrar enfado? Sin embargo esas reacciones serán utilizadas en tu contra para desprestigiarte aún más.
No hagas nada que sepas que es ilegal.
Explica lo que te ocurre a tu familia y a los más íntimos. No lo calles por vergüenza.
Que te vean llorar, que sepan que lo estás pasando muy mal. No lo hagas exclusivamente en solitario o con tu familia cercana. Esto puede ir en tú contra pues muchos compañeros pueden no saber jamás tú auténtico sufrimiento.
Se prudente, ten cuidado con a quien le cuentas o a quién le explicas en privado el problema. Hablar en privado con tú jefe o con algunos amigos (o que creías amigos) puede ser un arma de doble filo; estarás dando una información que luego puede ser utilizada en tú contra. En el mejor de los casos “tus amigos” (que correrán como la pólvora cuando denuncies) verán problemas y se alejaran. Para tus jefes eres demasiado insignificante. No se mojaran, no se pringaran. Aunque no hayan tenido de ti jamás una queja. Si a pesar de esto decides hablar en privado con el jefe que creas oportuno, GRABA ESA CONVERSACIÓN.
En la medida de lo que puedas ocúpate activamente en tu proceso de defensa y de recuperación de la salud. No dejes de pedir ayuda. Necesitaras un abogado para organizar todo el tema legal, un psicoterapeuta que te ayude a mantenerte cuerdo, a no caer en la depresión total y un psicólogo forense que te haga una evaluación y pueda testificar como te está afectando la situación de acoso. Busca buenos profesionales sin vínculos políticos ni afectivos con tu acosador/a ni con la cúpula organizacional de la institución laboral a la que pertenezcas.
Infórmate en tu sindicato del protocolo de tu empresa y cuando comiences el peregrinaje acude acompañada/o (pareja, familiar, asociación de afectados...) a las primeras citas con profesionales y a los sitios oficiales. Hay que admitir que se está mermado cognitivamente.
Prepárate un dosier con toda la documentación que te digan y la que pienses que pueda servir para clarificar tanto el daño sufrido como los hechos que los han producido.
Y no pequéis de ingenuo/a no queriendo "hacer más daño del preciso" en la argumentación de vuestra defensa. Los que mintieron lo van a seguir haciendo y encontraras que muchos mirarán para otro lado si tú les dejas y que quienes pensabas que serían testigos a la hora de testificar igual desaparecen. Presenta todas las pruebas que puedas por escrito, aunque te recomienden que no hace falta que lo hagas.
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